INFORMACIÓN A LAS FAMILIAS
“LEE Y DIVIÉRTETE"
Os invitamos a participar con nosotros en la mejora del hábito lector y de la comprensión lectora de vuestros hijos e hijas. Los niños aprenden a leer en la escuela, pero la afición les tiene que venir también de casa, y en eso vosotros podéis ayudar mucho. Por ello os hacemos partícipes de de la bonita labor de estimular el gusto por la lectura.
Orientaciones para leer en casa
& Buscad un tiempo y un lugar para leer todos los días con los niños, sin que esta lectura tenga que ver con las tareas escolares. Incorporadlos a las rutinas de cada día. Hacer imprescindible este hábito ayudará a los niños a valorar los momentos de lectura.
& Leed juntos, sobre todo en las primeras etapas, en las que los niños no son lectores autónomos. Sentaos cerca y leed para ellos. Los niños aprenden a leer viendo los textos escritos, observando las ilustraciones… pasando las páginas de un libro.
&El ejemplo es importante, los niños imitan lo que ven. Optar por un periódico, una revista o un libro les demostrará que para vosotros leer es gratificante.
& Pensad que aunque no seáis grandes lectores podéis ser unos excelentes mediadores entre el niño y los libros.
& Cuando los niños ya sepan leer, seguid compartiendo la lectura en familia. Les gusta escuchar historias leídas en voz alta a cualquier edad, y siguen necesitando nuestro estímulo.
& Preguntadle al maestro/a de vuestros hijos o a los bibliotecarios qué lecturas son más apropiadas y cómo tenéis que hacerlo.
Para crear y desarrollar hábitos lectores en el ámbito familiar
C La lectura no debe imponerse, debe facilitarse.
C La lectura requiere un esfuerzo, pero es divertida.
C Visitar librerías, comprar libros y usar las bibliotecas.
C Todos los libros no les gustan a las mismas personas.
C No dejéis de contar historias, sobre todo a los más pequeños.
C Selección
de lecturas orientada por profesionales.
EL MUNDO DE LOS CUENTOS
¿ CÓMO CONTAR CUENTOS
?
Cogemos el cuento. Lo abrimos.
Primera página. “Erase una vez...".
Segunda página. Seguimos leyendo. Un poco más
deprisa porque ya es tarde y queremos acabar pronto.
Última página. “Y colorín colorado....y
"Ya está. Se ha acabado".
Cerramos el cuento y nos disponemos a realizar otra
actividad. Con un mohín en sus caras algunos
dicen: "Así no se cuenta". "¿Cómo que así no se
cuenta?". Pues no. Francamente, deberíamos esmerarnos un poco. ¿Y si
envolvemos la narración con algunos recursos expresivos?, ¿Por qué no nos
sumergimos en la historia y dejamos fascinados a nuestros alumnado con las
aventuras que le contemos?, ¿sabemos hacerlo?
Contar un cuento es como poner en funcionamiento cientos de piezas de un precioso mecanismo. Somos incapaces de explicar cómo o por qué funciona pero nos maravilla su precisión y compás. Del mismo modo, la conexión que se establece entre un adulto que cuenta un cuento y un niño que lo escucha tiene algo de mágica, pero es difícil explicar cuál es el misterio de esa unión que se establece entre ambos.
Contar un cuento es como poner en funcionamiento cientos de piezas de un precioso mecanismo. Somos incapaces de explicar cómo o por qué funciona pero nos maravilla su precisión y compás. Del mismo modo, la conexión que se establece entre un adulto que cuenta un cuento y un niño que lo escucha tiene algo de mágica, pero es difícil explicar cuál es el misterio de esa unión que se establece entre ambos.
Muchos de nosotros somos narradores en potencia y, sin embargo, en muchas ocasiones
nos limitamos a leerles una y otra vez aquellos cuentos que les entusiasman y
poco a poco el interés que va decayendo por las dos partes.
Posiblemente
esto ocurre porque nos faltan recursos, principalmente expresivos. Porque intuimos que hay algo que va
más allá del relato, pero no sabemos qué es ni cómo presentárselo a esos niñ@s
que nos miran con la cabeza ladeada, agrandando los ojos y dibujando una
inmensa sonrisa, dispuesto a convertirse en héroe, aventurero o mago y
esperando que seamos nosotros los que le mostremos cómo hacerlo.
En
ese caso, hemos recogido aquí algunos
recursos que, cuando menos, mantendrán
viva la ilusión y la atención cuando contamos un cuento. Para
que la próxima vez que nos pidan "¿nos
cuentas un cuento?", sintamos que se acerca ese momento
maravilloso que estábamos esperando.
Conocer o aprenderse el cuento
Antes
de que un niñ@ nos pida que le expliquemos aquel cuento de nuestra infancia que
casi no recordamos, o el que le compramos hace unas semanas y que aún no hemos
leído, procuremos ponernos al día y repasarlos. Es necesario transmitir un profundo conocimiento
del cuento y no interrumpir la narración porque tenemos que releer el texto o
detenerla porque no recordamos el final. Debemos tomarnos seriamente el cuento,
por muy absurdo que parezca o por muchas repeticiones que haya y, si no nos
gusta o no nos parece adecuado, intentar sustituirlo por otro. Dediquemos
algunos momentos a leer alguna antología de cuentos tradicionales o leyendas ( nunca es tarde para refrescar la
memoria!) y nuestros niñ@s agradecerán la variedad y riqueza de
cuentos que le podamos contar.
Utilizar un lenguaje adecuado
El tipo de lenguaje empleado al contar un cuento está
relacionado con la edad que tiene nuestro alumnado, sin embargo, en general, se
recomienda que sea un lenguaje caracterizado por la simplicidad y la claridad.
Eso servirá para favorecer la comprensión de la historia y evitar el cansancio
o incluso el aburrimiento por parte del niño.
A los niños de corta
edad, es preferible contarles cuentos con un lenguaje adaptado, sustituyendo las palabras que
creamos oportunas por otras más sencillas o por explicaciones, siempre y cuando
no se trate de las palabras clave del cuento. Por ejemplo, si en un cuento
aparece "un portón" lo sustituiremos por "una puerta muy
grande"; "abalanzarse sobre" por "echarse encima de";
sin embargo, "la rueca" del cuento de La Bella Durmiente debería ser
"la rueca" y no "un pincho", "una máquina para el
hilo" o algo por el estilo. Tampoco
debemos desaprovechar la ocasión de ampliar su conocimiento del léxico y
es más fácil aprender nuevas palabras que están asociadas a algo concreto y que
el niño oirá en reiteradas ocasiones, que aprenderlas de forma aislada
(¿cuántas palabras no hemos "aprendido" asociadas a personajes de
ficción? ¿qué nos sugiere no sólo "rueca" sino "calabaza",
"gnomo", "pócima" o "hermanastra"?). Esto último
es válido sobre todo a medida que el niño va haciéndose mayor y debe ir
ampliando su vocabulario.
La pausa y la
entonación. Podemos utilizar la pausa y la entonación para mantener el interés
y la atención.
Cuando nos paramos
al final de una frase o entre dos palabras, estamos indicando que lo que
diremos a continuación tiene un valor o significado especiales. De igual modo,
un cambio de entonación indica que aparece un elemento sorpresa que afectará al
desarrollo de la historia. Por ejemplo: "la princesa abrió la puerta y
entonces… vio a una -RANA! en su habitación". O que se ofrece la solución
al conflicto que se le ha planteado al protagonista de la historia. Por
ejemplo: "...y
después de lo que le había pasado... NUNCA MÁS VOLVIÓ A PROBAR LA SOPA".
Las descripciones
Las descripciones poco
detalladas permiten que el niño deje volar su imaginación. Cuando contamos un cuento, es
suficiente con hacer referencia a los rasgos más destacados de los elementos
significativos que intervienen en la historia. Los niñ@s
pueden completar el resto con su imaginación y nuestra ayuda si es preciso. Por
ejemplo es suficiente decir que la bruja es fea (y no hace falta indicar que su
espalda está encorvada, que tiene una nariz aguileña, que lleva una capa negra
hasta los pies, etc.), o que el castillo es muy grande (y no que tiene un
torreón, un puente levadizo y trescientas ventanas). Si el niñ@ está lo
suficientemente interesado en el cuento y no se imagina aquello a lo que
hacemos referencia y nos pide más información, debemos proporcionársela. Por
ejemplo: - ¿Cómo era la
bruja?; - Era una bruja muy vieja y muy fea, que llevaba un sombrero negro
acabado en punta; vivía en el bosque en una casa de madera y tenía un gato muy
malo .
No interrumpir el desarrollo de la acción
En
ocasiones, cuando "eso" de contar cuentos no se nos da del todo mal y
disfrutamos con la narración tanto o más que los niñ@s, corremos el peligro de
recrearnos en ella. Eso supone que en vez de presentar los acontecimientos uno detrás de otro, lo
que da un ritmo ágil y rápido a la historia, podemos caer en la
tentación de interrumpir la acción lineal para introducir acciones secundarias
o descripciones detalladas de algún aspecto o personaje no significativo ni
relevante para el desarrollo de la historia. Es preferible seguir el hilo de la
narración, de esa manera evitaremos aburrir y confundir a los niñ@s, sobre todo
si aún son demasiado pequeños para ver la diferencia entre información
principal y secundaria.
Transmitir entusiasmo
Como en tantas otras
cosas, debemos intentar transmitir entusiasmo en lo que hacemos. Es cierto que a veces nos decimos
"¿y ahora tengo que contar un cuento con lo poco motivada que estoy?"
Y también es cierto que ell@s notarán ese fastidio
si no intentamos superar esa situación con un poco de ánimo. Es importante
recordar lo positivo que resulta contar cuentos a menudo y la enorme ilusión
que eso les supone, luego ¿qué hacer entonces? Podemos empezar simulando que el
cuento nos interesa. Seguramente no nos daremos cuenta, pero llegará un momento
en que el interés simulado se convertirá en auténtico interés y nuestro
esfuerzo inicial nos facilitará la disposición de ánimo que tanto buscábamos.
Despertar interés
Los niños, con pocas
excepciones, escuchan mucho más atentamente un cuento contado que un cuento
leído.
Narrar un
cuento permite mucha más espontaneidad que leerlo. Nuestros ojos se encuentran continuamente
con los de los niñ@s, su expresión responde a la nuestra y la relación se
estrecha de manera insospechada. En ocasiones necesitamos emplear algunas
estrategias para que no se rompa ese encanto o, de romperse, para restablecerlo
de inmediato. La mayoría son recursos expresivos, como el uso de pausas y de la
entonación, ya comentados. Sin embargo, una forma de despertar el interés es
incluir su nombre en el relato y darle un papel especial e inesperado en la
historia. Por ejemplo: "el
lobo dejó a Caperucita en el bosque y se fue corriendo a casa de la abuela,
pero por el camino se encontró con Guillermo y se dio un susto tremendo, porque
Guillermo era un niño que..." .
Repetir el mismo cuento
Si os piden que le
repitáis una y otra vez el mismo cuento, hacedlo. A veces los niñ@s piden que se les
cuente un cuento concreto porque presenta un conflicto, un protagonista, una
situación ideal, etc. que tienen muy presente en ese momento, por eso es
aconsejable respetar la elección que haga del cuento que quiere escuchar.
Para
aquellos que quieran profundizar más en el tema, recomendamos leer a Arthur
Rowshan y a Sara Cone Bryant, autores que, en sus obras, dan una serie de consejos prácticos para ser un buen
narrador.
¿CÓMO INVENTAR CUENTOS?
Te
proponemos algunas ideas prácticas para que crees tus propios cuentos.
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Robots
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PAREJAS FANTÁSTICAS
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Busca dos palabras que no tengan afinidad, para que
la imaginación se ponga en marcha y busque una relación entre ellas. El par perro-gato no
seria fantástico ya que se trata de una asociación bastante lógica de dos
animales domésticos. Sin embargo, gato-cajón
sí que resulta una pareja "ilógica".
Con esta pareja empezamos el cuento: "A Mishino, el gatito meloso de María, le encantaba dormir dentro del cajón del escritorio de la niña. (…) Un día Mishino siguió a María al colegio y se metió en el cajón de su pupitre (…)" |
SI
FUERA...
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Para formular esta pregunta escoge al azar una
persona y un objeto. Su asociación nos permitirá crear una historia original.
Por ejemplo, si la persona fuera " Jaime " y el objeto "una nevera ", la historia podría empezar así: "Con unos polvos mágicos convertimos a tu hermano Jaime en una nevera… ahora siempre tiene mucho frío, pero nunca tiene hambre porque tiene un montón de comida… lo peor es que hay cosas que no le gustan… y que no puede moverse de la cocina, -con lo que le gusta ir en bicicleta...!" No olvides aderezar tu historia con aventuras cotidianas de tu personaje inventado. ¡Cuánto más extravagantes son las asociaciones, más disparatada se vuelve la historia! |
PALABRAS
NUEVAS
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Crear
palabras nuevas utilizando un prefijo te puede dar mucho juego. Por ejemplo,
utiliza el prefijo "a" delante de la palabra "libro" y
crea la nueva palabra "alibro". Podría ser un objeto asombroso que
haría aparecer libros cuando tenemos ganas de leer. Esto mismo, lo puedes
hacer con otros prefijos como "des", "bi",
"tri", "anti", "dis", "semi",
"super", "micro", "mini", "maxi",
etc.
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ROBOTS
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No
sabes la gracia que les hace a nuestros hijos que nos inventemos nuevos
aparatos que hacen un montón de cosas a la vez. Este recurso nos permitirá
inventar un robot que hace todo lo que le pedimos. Puedes empezar tu aventura
diciendo: "Oscar era un niño un poco remolón… por las mañanas le costaba
mucho levantarse, hacerse la cama, recoger la habitación… pero a veces su
mamá le dejaba utilizar a "Autoping" para que le ayudara…"
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LOS
CUENTOS DE SIEMPRE AL REVÉS
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También puedes introducir un elemento que rompa con
el cuento habitual. Por ejemplo, el gato con botas ahora lleva patines.
Otra opción es mezclar diferentes cuentos, por ejemplo, Hansel y Gretel se encuentran en casa de los Tres Cerditos... |
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INSPIRACIÓN
DIVINA
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¿Que
se puede hacer cuando la inspiración te ha abandonado? Pues muy sencillo,
utilizas la misma trama de un cuento tradicional pero variando los personajes
y los lugares.
Primero cogemos el argumento original, por ejemplo: las siete cabrillas viven con su madre. Un día la madre se va al bosque y las cabrillas se quedan solas en casa. Llega el lobo, etc. Y le cambiamos las figuras y los sitios: siete astronautas viven con un marciano. Un día el marciano se va de Marte y los siete astronautas se quedan solos en el planeta. Llega una nave espacial, etc. Otra forma de hacerlo es utilizar el mismo guión y los mismos personajes de los cuentos tradicionales, pero situándolos en otro tiempo y/o espacio. Por ejemplo, contar el cuento del flautista de Hamelin ambientándolo en la Barcelona de hoy en día. Por ejemplo: Barcelona está llena de coches y el flautista los seduce con su música para llevarlos fuera de la ciudad… |
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FRAGMENTOS
DE PELÍCULAS
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Hay días en los que el sueño te vence y eres incapaz
de inventarte nada nuevo, no desesperes, seguro que recuerdas películas que
te encantaban cuando tú tenías la edad de tu hijo. Recurre a ellas para
contar una historia. Por ejemplo, inspírate en algunas series o películas
familiares…
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PERSONAJES
DE SIEMPRE
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Los personajes de Disney son siempre un recurso para
entretener a tu hijo. Son figuras que él reconoce y que identifica perfectamente.
La gracia estará en que modifiques su conducta habitual. Por ejemplo, Pluto
puede pasar a ser un conejo en vez de un perro y ser muy amigo de Peter Pan,
que a su vez se enamora de Pocahontas.
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EL
NIÑ@, EL "PROTA" DE LA HISTORIA
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A
todos les niñ@s les encanta ser el centro de
atención, así que se entusiasmarán siendo la estrella de la historia.
Preséntales situaciones ingeniosas y un futuro de cosas por descubrir.
Recuerda, -no son sermones!
Por ejemplo, les parecerá más atractivo el cuento si empiezas diciendo: "Susana era una niña muy aventurera que viajó a la selva y conoció muchos animales salvajes…" que si por el contrario le dices: "Susana era una niña que lo tiraba todo por el suelo, que no quería comer…" Para que los niñ@s se conozcan a sí mismo necesitan poderse imaginar. Contando este tipo de cuentos ayudas a que se imaginen a sí mismos y a que imaginen su propio futuro. Estos sueños ayudan a que desarrollen su personalidad. No tiene por qué ser todo fantasía, es bueno que intervengan personajes y lugares conocidos, -hará el cuento más creíble! |
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PASAR
DEL BLANCO AL NEGRO
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Resalta
una característica de tu hijo que te gustaría que modificara y conviértela en
positiva. Por ejemplo, si un niñ@ es un tozudo, hazle ver que eso hará que
alcance las metas que se proponga en la vida. El relato podría ser más o
menos así: Marina y Esteban eran dos hermanos gemelos que participaban en el
maratón de su colegio… siempre llegaba al final porque se lo proponía…
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